Un espectro se cierne sobre el Mundo: el espectro del capitalismo.
Los
estados-nación ceden soberania a medida que los acuerdos
transnacionales de libre comercio inventan un mundo-estado-corporativo
cuyas leyes son las leyes del capital. Leyes a la medida de las grandes
corporaciones para amparar sus injusticias.
Donde los individuos se someten a la esclavitud del consumo y la vida es una mercancía más con la que comerciar. Donde los bienes comunes dejan de ser universales para convertirse en privativos de unos pocos.
Un mundo-estado-corporativo habitado por millones de seres deshumanos, cada uno en su rol individual de productor-consumidor, en una sociedad virtual de individuos aislados por la tecnología, hacinados en mega-ciudades cuyos habitantes compiten entre la miseria y la precariedad.
Un mundo-estado-corporativo gobernado por una oligarquía capitalista que constituye de facto la única clase social que prevalece a lo largo de la historia reciente fruto de la desmembración de las otras clases.
Sin antagonismo no hay progreso, y sin progreso no hay futuro.
Donde los individuos se someten a la esclavitud del consumo y la vida es una mercancía más con la que comerciar. Donde los bienes comunes dejan de ser universales para convertirse en privativos de unos pocos.
Un mundo-estado-corporativo habitado por millones de seres deshumanos, cada uno en su rol individual de productor-consumidor, en una sociedad virtual de individuos aislados por la tecnología, hacinados en mega-ciudades cuyos habitantes compiten entre la miseria y la precariedad.
Un mundo-estado-corporativo gobernado por una oligarquía capitalista que constituye de facto la única clase social que prevalece a lo largo de la historia reciente fruto de la desmembración de las otras clases.
Sin antagonismo no hay progreso, y sin progreso no hay futuro.
¡Habitantes del mundo, volved a ser humanos y uníos! Hay un mundo entero que ganar.
.