domingo, 25 de septiembre de 2011

4 años y 9 kilos


© John Ndiku/OCHA

  • La sequía en el Cuerno de África, junto con el conflicto en Somalia, ha afectado a más de 13 millones de personas en esta región.
  • El 5 de septiembre, la ONU declaró que la hambruna en el sur de Somalia se había extendido a la región de Bay. Ya había hambruna en Bajo y Medio Shabelle, y en partes de Banadir y de Bakool.
  • Las operaciones del PMA en la región requieren de US$767 millones para los próximos seis meses, de los cuales nos falta obtener aún US$215 millones.
"La situación es terrible ahora. Decenas de miles ya han muerto. Más de 300.000 niños y niñas en la región sufren malnutrición severa y se encuentran en riego inminente de muerte.
Solamente en Somalia, 1.4 millones de niños y niñas están afectado por la crisis.
Se estima que 390.000 niños y niñas en Somalia están sufriendo de desnutrición; 4/5 de los cuales están en la zona centro sur. En algunas áreas, estamos viendo tasas históricamente altas de desnutrición aguda severa, lo que significa que el número de niños en esa zona que se enfrentan a una muerte inminente se acerca a 140.000."

Después de leer estas cifras sólo he leído una que me conmueve aún más:

4 años y 9 kilos

Esa es la edad y el peso de Natuso¹, una niña que literalmente muere de hambre en el Hospital Pediátrico de Benassir en Mogadiscio. 

Si Natuso sobrevive,  es posible que sufra la infibulación, jamás irá a la escuela, antes de llegar a la adolescencia su padre habrá pactado una boda con algún familiar, pariente o vecino. Hasta la boda deberá mantenerse virgen, cualquier sospecha de lo contrario sería un deshonor para su familia, y sus padres y hermanos tendrían que satisfacer al futuro marido con la muerte de su prometida.

En un país como Somalia, tras más de 20 años de guerra, con milicias armadas incontroladas que violan y rapiñan a su paso, puede que Natuso sea violada, y por tanto repudiada por su familia. No será fácil para ella vivir sola con su hijo fruto de la violación. Y si decidiese abortar, su vida correría serio peligro por las condiciones  insalubres en qué se practican estas intervenciones.

Natuso probablemente vivirá en la pobreza más absoluta y discriminada por haber nacido niña. Aunque se recupere esta vez, es bastante probable que en unos meses vuelva a estar ingresada de nuevo. Quizá por una enfermedad más grave de la que nunca fue vacunada, o herida de bala en alguno de los frecuentes tiroteos en la capital.

El único bien que posee Natuso es su propia vida. Y a pesar de todo el sufrimiento y el dolor de una vida de extrema pobreza y de futuro incierto, se afana en luchar con todas las fuerzas que le permite su frágil cuerpo para escapar de la muerte.

Natuso ha encontrado, sin duda, una poderosa razón para seguir viviendo en un mundo totalmente hostil hacia ella.  Probablemente, ella no podría entender como nosotros, los habitantes del “primer mundo” rico y civilizado, no somos capaces de encontrar millones de razones para ayudarles. No obstante, estoy seguro que ella, en su infinito amor por la vida, dotada de la fuerza y la resilencia propias de los millones de mujeres y niñas que sufren en el mundo, nos ha perdonado por nuestra indiferencia  y vivirá, igual que yo y muchos otros, con la esperanza de un mundo más humano e igualitario para ella y para sus hijos.


¹El peso medio de una niña de 4 años es de 15,5 kilos.



.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Oportunidades perdidas


En nuestro mundo existen desigualdades sociales tan arraigadas que convivimos con ellas y ya apenas nos conmueven. 

Descubrir que la desigualdad y la injusticia social que reconocemos habitualmente a nuestro alrededor, son un problema derivado de la falta de oportunidades de quien las padece. Que hay costumbres que favorecen el arraigo de la discriminación. Que la falsa ilusión de felicidad que nos produce el consumismo es el alimento de nuestro ego. Y cuanto más crece nuestro ego y nuestra codicia, mayor es la brecha existente en la distribución de la riqueza, y más tolerantes nos volvemos con la discriminación y la desigualdad. Omitiendo que al elegir esta vida hedonista, que al aceptar las costumbres sin más, estamos robando las oportunidades a los más débiles y desfavorecidos. 

Sólo los que tenemos oportunidad de elegir podemos romper las barreras que nos impone el sistema, permitiendo así que los menos privilegiados recuperen las oportunidades perdidas.


.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La próxima revolución

(EN)

"Los hombres hacen daño o por miedo o por odio."
El Príncipe.

Niccolò Machiavelli (1469 - 1527)

Cuando nos llegan noticias de la detención y tortura de menores palestinos por el ejército de Israel.

Cuando nos llegan noticias de la tortura y muerte de menores a m
anos de los servicios secretos y del ejército de Siria.
Cuando nos llegan noticias de menores violados y asesinados en la RD del Congo por milicias armadas.

Cuando nos llegan noticias de menores iraquíes asesinados por tropas americanas durante el asalto a una vivienda.

Cuando nos llegan noticias de bombardeos indiscriminados sobre población civil.


Un niño practica con sus prótesis en el centro ortopédico del CICR en Kabul, octubre de 2010
© Kate Holt / IRIN

¿Qué pensamos?

Intentamos buscar respuestas a unos hechos que nos estremecen. ¿Qué lleva a un ser humano a cometer semejantes atrocidades?
No hay respuesta racional, sólo la espiral del odio y el abismo del temor pueden explicar conductas humanas tan deleznables. Sentimientos irracionales que dominan las acciones de quienes los padecen.

Cuánto odio y cuánto miedo son necesarios para torturar y asesinar a un niño. Para atarle sus manos y disparar a su cabeza. Para violar a una niña en presencia de sus padres y hermanos.
Imposible de explicar. Imposible de entender para quién nunca lo ha sentido. Actos que no pueden quedar impunes.

Cuando un niño o una niña inocente se convierte en un enemigo, la pregunta no es por qué un soldado o un mercenario es capaz de torturarle y asesinarle sin piedad. La pregunta es: cómo influyen los prejuicios y la propaganda en alimentar y amplificar el odio de un pueblo a otro. Por qué los temores infundados y las amenazas inexistentes son un medio poderoso que tienen los gobiernos para convencer a la opinión pública de la ineludible misión de un pueblo. Cómo el desarraigo y el miedo de los niños reclutados contra su voluntad como niños soldado consiguen que se conviertan en monstruos.


La espiral de odio no tiene fin, y el miedo es un negro abismo de profundidades insondables. La lucha contra la violencia empieza en cada uno de nosotros, venciendo nuestros prejuicios, no dejándonos arrastrar por la propaganda, siendo críticos con nuestros gobiernos, y sobre todo, perdonando.

A lo largo de la historia hemos vivido numerosas revoluciones, quizá, la próxima revolución por llegar, también la más necesitada, es la revolución que nace en cada individuo para dotarle de una mayor conciencia social y emocional.



.