domingo, 22 de septiembre de 2013

La paradoja del mal


"Pues ante Dios, más que el problema de la libertad, hay el problema del mal. Se conoce la alternativa; o bien no somos libres y Dios todopoderoso es responsable del mal, o bien somos libres y responsables, pero Dios no es todopoderoso."

A. Camus - El mito de Sísifo


Guerras, calentamiento global, hambrunas... no puedo pensar en un Dios todopoderoso responsable de tantas calamidades, pues ningún creador se rebelaría con tanta saña contra su obra; a menos que quisiera destruirse a si mismo. Tampoco puedo pensar en un Dios no omnipotente, pues en tal caso, y ante su debilidad, sería su creación la que se rebelaría contra él.

Si el ser humano fuese libre y responsable, debería asumir que existe una naturaleza humana y que el mal es parte de ella, ya que de manera totalmente libre elige hacer el mal y autodestruirse; lo cual no deja de ser incongruente con la preservación de la vida misma y con la existencia de un Dios todopoderoso amante de su creación.

Así pues, concluyo que el ser humano no es libre, pues en la sociedad actual entregamos nuestra libertad y la depositamos en las manos de los gobernantes. Experimentamos la falsa sensación de elegir y la confundimos con la libertad. Y son esos gobiernos, atravesados por el poder del capital, los que nos conducen a la autodestrucción; los que deciden las guerras, los depredadores de la Madre Tierra, los que matan de hambre a sus pueblos...

Un soldado del gobierno somalí fuera de las ruinas de la catedral de Mogadiscio (marzo de 2013)
© Ahmad Mahmoud / IRIN

Si Dios todopoderosos no quiere morir, y el ser humano no es libre pero sí responsable de sus acciones e inacciones, sólo puedo pensar en un Dios no omnisciente que es ajeno al infierno en esta Tierra por obra del Hombre.

Cuando el Hombre sea plenamente consciente de las cosas reales y posibles de este mundo, cuando recupere su libertad entregada y su poder alienado, entonces y sólo entonces seremos dioses en la Tierra.


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