sábado, 26 de febrero de 2011

El pecado de la pobreza

(EN)

Artículo 32. Es obligación del Estado proteger al niño contra el desempeño de cualquier trabajo nocivo para su salud, educación o desarrollo; fijar edades mínimas de admisión al empleo y reglamentar las condiciones del mismo.

Artículo 34. Es derecho del niño ser protegido de la explotación y abuso sexuales, incluyendo la prostitución y su utilización en prácticas pornográficas.

Artículo 35. Es obligación del Estado tomar todas las medidas necesarias para prevenir la venta, el tráfico y la trata de niños.

Convención sobre los Derechos del Niño


Según se extrae del último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acerca del trabajo infantil:

“En la actualidad, cerca de 215 millones de niños trabajan en el mundo, muchos a tiempo completo. Ellos no van a la escuela y no tienen tiempo para jugar. Muchos no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos niños están expuestos a las peores formas de trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos, esclavitud, y otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y prostitución, así como su participación involuntaria en los conflictos armados.
El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), guiado por los principios consagrados en el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima y el Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil de la OIT, trabaja para alcanzar la abolición efectiva del trabajo infantil en 2016”

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó el primer Día mundial contra el trabajo infantil en 2002. Este día se celebra el 12 de junio.

Ese día, los medios de comunicación nos ofrecen múltiples y variados documentales que nos sobrecogen. Las imágenes que muestran hieren hasta lo más profundo.

El Artículo 3 del Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil, dice:

A los efectos del presente Convenio, la expresión "las peores formas de trabajo infantil" abarca:

a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y la trata de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;

b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas;

c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y

d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.

¿Acaso no duele más pensar que las peores formas de trabajo infantil expresadas en dicho convenio que ratifican 173 países en el mundo lo sufren 115 millones de niños todos los días de su vida, incluido el 12 de Junio?

Las caras sucias por la tierra y el polvo, con el gesto adusto que imprime la responsabilidad de ser sustento familiar. Rostros de niñas maquilladas ejerciendo la prostitución, con mirada ausente, como si hace ya tiempo que no viviesen en este mundo cruel que lo permite. Manos pequeñas que soportan el pesado martillo que usan de herramienta, y que nos golpea nuestra mente en cada golpe que dan.

No es suficiente acordarse un día al año de ellos, porque probablemente, algo de lo que consumimos en los países ricos, es producto, sin duda, del trabajo y la explotación infantil.

El trabajo infantil priva a los niños y niñas de derechos fundamentales como la educación o la salud. Un mundo sin oportunidades, iguales para niños y niñas, como el que le estamos ofreciendo a nuestros hijos, es lo más parecido a una condena eterna a la pobreza extrema. Y la pobreza extrema es una de las causas principales del trabajo infantil.

Si el Infierno, la Gehena o el Jahanam es el fuego eterno al que están condenados los pecadores, no concibo qué pecado han podido cometer los millones de niños que trabajan en estas condiciones, privados del derecho a la educación, la salud, el juego… El pecado de la pobreza, que condena a los niños y niñas de por vida a una existencia sin derechos ni libertades. A una vida eterna de pobreza, trabajo y explotación laboral o sexual para ellos y sus descendientes.

Para romper este ciclo de pobreza y trabajo infantil se precisan políticas integradas de educación, protección social y empleo. Políticas que dependen de nuestros gobiernos, que son los responsables de aplicarlas a nuestros países, y de actuar como catalizadores para que se implanten en otros países a través de la cooperación al desarrollo.

Y sobre todo, en materia de educación, no sólo debemos analizar las tasas de escolarización, pues el abandono escolar también tiene un impacto creciente en el aumento de las cifras de trabajo infantil a medida que avanza la crisis económica mundial, sacando a muchos escolares de las aulas para contribuir al sustento familiar.

Un niño o niña escolarizada que termina al menos su educación primaria es un éxito de la sociedad, pues el futuro de la misma estará en sus manos.

No descansemos hasta conseguir 215 millones de éxitos.

Seamos críticos con nuestros gobiernos, que son los responsables de establecer las políticas integradas en materia de educación, protección social y empleo.

Seamos críticos con nuestras empresas, para que tomen las medidas oportunas en contra del empleo infantil.

Colaboremos con las ONGs que sobre el terreno ayudan a denunciar el trabajo infantil, a perseguirlo y a romper el ciclo de la pobreza.

Un niño que trabaja es el pecado de los países ricos.

Hay mucho por hacer. Actuar no es una opción, es un deber.



miércoles, 23 de febrero de 2011

El largo camino hacia la conciencia social

(EN)

La campaña de Médicos sin Fronteras (MSF) “Pastillas contra el dolor ajeno” es un ejemplo excelente de lo que significa el término empatía.

"En el primer mundo, si te duele algo hay pastillas para mitigar casi cualquier dolor. Pero... ¿qué pasa si lo que te duele es el dolor ajeno, el dolor de los que no tienen pastillas para curar su sufrimiento?”

La empatía se define como la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir, o en otras palabras, la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

En el nivel más alto de la Pirámide de Maslow o jerarquía de las necesidades humanas está el nivel de autorrealización, que incluye las necesidades más elevadas, y a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Según Maslow, a medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior, aunque no todos los individuos sienten necesidades de autorrealización, debido a que es una conquista individual.

Sentimos una mezcla de dolor, rabia, indignación e impotencia ante el cúmulo de injusticias y atrocidades que presenciamos a diario en nuestro mundo global.

Estos sentimientos no son más que la muestra evidente de la capacidad empática del ser humano. Si entendemos la solidaridad o el activismo como una consecuencia lógica de la empatía, es decir, en la medida que comparto el dolor y el sufrimiento de otro, actúo en consecuencia para intentar mitigarlo, la pregunta es:

¿La necesidad de actuar en pro de los desfavorecidos no estaría en el nivel más alto de la Pirámide de Maslow, como parte de la autorrealización personal?

¿Por qué personas con sus necesidades elementales, de seguridad, afectivas y de estima cubiertas no tienen la motivación suficiente para satisfacer necesidades de nivel superior?

Obviamente no se puede achacar ni a la falta, ni al exceso de información de lo que está ocurriendo en el mundo. Si bien, el exceso, puede provocar el hastío y la insensibilización del espectador, que prefiere evitar el contacto con una realidad que le hace daño.

La motivación hacia la autorrealización requiere un proceso de conquista individual más largo que el que se requiere para satisfacer otras necesidades más básicas. Y desde ese descubrimiento individual, hasta llegar a una conciencia social colectiva hay un largo camino por recorrer.

Cuanto antes recorramos el camino que nos lleva a la conciencia social, antes podremos sentirnos orgullosos de ser los artífices de un gran cambio. El cambio que supone entender al que no es como yo, compartir el dolor del que sufre y darle consuelo, luchar por los Derechos y Libertades del que no los tiene, en definitiva , construir un mundo más igualitario en oportunidades y en reparto de riqueza.



viernes, 18 de febrero de 2011

Mirar sin ver

(EN)

Los astrónomos escudriñan el cielo buscando respuestas. Pueden ver estrellas y planetas a millones de kilómetros y conocer el pasado del Universo con cada pulso de luz que reciben. Entendemos nuestro pasado mirando a las estrellas.

Gracias a Antoine de Saint-Exupéry he descubierto que hay millones de planetas muy cerca del planeta Tierra, tan cerca que vivimos al lado de ellos. Compartimos nuestra existencia día a día con sus habitantes. Mundos tan cercanos que no se conocen ni se entienden.
Observando esos planetas comprendemos nuestro presente y nos enfrentamos a nuestro futuro.

En mi pequeño mundo, sólo por haber nacido en él, tengo derechos fundamentales en conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Se reconoce la igualdad ante la ley sin que pueda ser discriminado por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Tengo derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, pueda ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Se garantiza libertad ideológica y religiosa, libertad personal, libertad de residencia y circulación, y libertad de expresión. Tengo derecho a la intimidad, derecho de reunión, asociación y participación, derecho a la educación, derecho a la huelga, derecho a la propiedad y derecho a trabajar.
A cambio, sólo unos pocos deberes: defender mi pequeño mundo, contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con mi capacidad económica, y el deber de trabajar.

Observando otros planetas cercanos he descubierto que muchos de ellos, casi todos, están de acuerdo con los derechos y deberes del mío, pero lo que me sorprende es que en todos, incluido el mío, se vulneran algunos de esos derechos y libertades.

Visites el mundo que visites, puedes encontrar mujeres discriminadas, vulnerados sus derechos y restringidas sus libertades.

En cuanto a la infancia, hay planetas en los que el trabajo en condiciones inhumanas es su deber, el que impone la extrema pobreza. Y la educación, algo a lo que aspiran. También hay algún mundo donde les obligan a llevar armas y a defender a su planeta no se sabe muy bien de qué amenaza.

Como ha ocurrido a muchos científicos a lo largo de la historia, lo que han descubierto lo tenían delante de sus propios ojos, pero no lo veían.

Los científicos suelen poner su nombre a los descubrimientos que hacen. En mi caso, prefiero llamarle "Ley Saint-Exupéry de los Planetas Paralelos o cómo mirar sin ver", en honor al autor que la inspiró.

“He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
El Principito - Antoine de Saint-Exupéry

La inocencia de la infancia nos debería enseñar a los adultos a mirar y ver el Mundo. No permitamos que les roben su inocencia.

Fuencisla González, con la ayuda de los militares españoles desplegados en Afganistán, reparte entre mujeres, niños y niñas ejemplares de El Principito traducidos al dari.

El Principito contra el talibán - Noticia de El País del 19/11/2010

miércoles, 16 de febrero de 2011

Los adjetivos de la crisis






© Franco Pagetti/VII


(EN)

Los medios de comunicación abundan en adjetivos a la hora de hablar de una crisis. Crisis financiera, crisis alimentaria, crisis política internacional...


Todo ello aderezado con macro-cifras que nos abruman con sólo leerlas: 44 millones de personas en el mundo en situación de pobreza extrema por el encarecimiento de los precios de los alimentos desde Junio de 2010, lo que califican como crisis alimentaria mundial.


Estas crónicas asépticas vienen avaladas por sesudos informes del Banco Mundial, la FAO y diversas organizaciones, a propósito de los cuales se derivan otros densos artículos firmados por prestigiosos economistas que analizan milimétricamente los diferentes factores que influyen en el desarrollo de la crisis y predicen sus posibles consecuencias.

Hasta ahora, opinión y debate.


Si nos centramos en la definición de la palabra crisis, la primera acepción que aparece en el diccionario es:

"Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.
"

Nuestro paciente es este mundo global que habitamos, en que las diferentes crisis se extienden por todos los países, quedando unos más expuestos que otros a sus perniciosos efectos. Como un virus que se ceba y mata a los más débiles.


Las crisis globales que estamos sufriendo en los últimos años no son situaciones sobrevenidas de las que nadie, o sea el enfermo, tiene responsabilidad; aunque si se contagian igual que una enfermedad infecciosa por lo largo y ancho del Planeta.

El único elemento que no podemos controlar en una crisis alimentaria, aunque sí a largo plazo contribuir a su mejora y estabilización, es el factor climático, que tiene una incidencia directa en las cosechas.


De resto, nos enfrentamos a gobiernos con nefastas políticas económicas con carácter electoralista y que benefician a los grupos de presión que financian sus campañas electorales. Gobiernos que aumentan la presión fiscal para rescatar países endeudados que ponen en peligro al resto de bancos nacionales. Gobiernos que acumulan reservas de alimentos con carácter puramente especulativo. Gobiernos corruptos capaces de mantener la hambruna en sus países para mantener los beneficios de las empresas productoras que controlan en los mercados locales. Organismos reguladores que durante años han aplicado la política de "laissez-faire" a bancos de inversión con las consecuencias que ya todos conocemos. Bancos rescatados con fondos públicos que reparten generosos dividendos a sus accionistas, e indecentes bonus a sus altos directivos. Tratados de libre comercio que sólo asfixian a los países más pobres.

Se trata de un sistema pervertido que sólo aumenta la brecha existente en la redistribución de la riqueza.


Me anima saber que la definición de crisis contempla un cambio brusco
en el curso de una enfermedad para mejorarse el paciente.

Cualquier crisis la entiendo como una oportunidad de mejora, pero este cambio no va a llegar de la mano de los poderosos que controlan el sistema, ya que sus intereses están por encima de los del resto de la humanidad, sino de todos aquellos que tenemos recursos suficientes para alentar un cambio, aquellos a los que nos duele saber que 44 millones de personas están en situación de pobreza extrema.

No necesito contar 44 millones de personas para actuar, es una cifra demasiado grande para mí. Me basta con saber que un niño o niña muere en este mismo instante porque su nutrición es insuficiente.


Pincha este enlace y firma la petición para cambiar la historia de la desnutrición infantil.

Artículo 24.2.c) de la Convención sobre los Derechos del Niño¹:

Los Estados Partes adoptarán las medidas apropiadas para:


c) Combatir las enfermedades y la malnutrición en el marco de la atención primaria de la salud mediante, entre otras cosas, la aplicación de la tecnología disponible y el suministro de
alimentos nutritivos adecuados y agua potable salubre, teniendo en cuenta los peligros y riesgos de contaminación del medio ambiente;


¹Esta Convención ha sido ratificada por todos los miembros de la ONU a excepción de Somalia y USA.



viernes, 11 de febrero de 2011

Sin dinero, no hay salud


Los niños tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud y a tener acceso a servicios médicos y de rehabilitación, con especial énfasis en aquéllos relacionados con la atención primaria de salud, los cuidados preventivos y la disminución de la mortalidad infantil. Es obligación del Estado tomar las medidas necesarias, orientadas a la abolición de las prácticas tradicionales perjudiciales para la salud del niño.
Convención sobre los Derechos del Niño

 
He oído en repetidas ocasiones las palabras de Zainab Salbi (Presidenta y fundadora de Women for Women International – WFWI) en su intervención ante el foro TED Global 2010.
Cuenta su historia personal cuando de niña vivió los bombardeos en Irak. Y recuerda una noche en la que un misil explotó cerca de su casa. Dio gracias a Dios porque esa noche, ella y su familia, pudieron salvar la vida.
Al día siguiente, una madre desesperada entró en el aula de su hermano pidiendo, por favor, que le entregasen cualquier recuerdo de su hijo muerto durante una explosión, pues no le quedaba nada que se lo recordase, ni una fotografía.
Ese niño que murió era amigo del hermano de Zainab, y lo hizo en la explosión de la noche anterior.

Zainab se ha arrepentido cada día de su vida por dar gracias a Dios aquella noche.

Cuando leo las estadísticas de mortalidad infantil debido a lo que Médicos sin Frontera (MSF) llama “enfermedades olvidadas” no puedo tener un sentimiento más parecido al de Zainab.

¿Puedo dar gracias a Dios por vivir en un país desarrollado con un sistema sanitario que me garantiza una atención primaria, especializada y preventiva mientras pienso que con mis impuestos se sostiene una industria farmacéutica que se calcula que concentra el 90% del gasto mundial en investigación médica en los problemas de salud que afectan a menos del 10% de la población mundial, el 10% más rico?

La misma industria farmacéutica que ejerce de lobby ante los gobiernos de los países ricos fomentando la firma de Tratados de Libre Comercio que impidan la producción de medicamentes asequibles, y su exportación a determinados países, donde son extremadamente necesarios, en los cuales se venden a un precio mucho más elevado.

Yo no puedo dar gracias por lo afortunado que soy mientras pienso que ahora mismo, a alguna madre sin recursos económicos para pagar algún caro tratamiento, ni con posibilidad de acceder a las ONGs que actúan sobre el terreno en materia de salud, ya sólo le queda pedir a Dios que salve a su hijo.

Lo único que me salva de esto, y me permite ser agradecido, es el hecho de actuar contra esta realidad tan desafortunada.


Toma partido:

jueves, 10 de febrero de 2011

NO olviden a Haití, Pakistán ni a Sri Lanka

(EN)

Sr./Sra.,

Al introducir el texto: “Inundaciones en Pakistán noticias” en un buscador a finales de Noviembre de 2010, las noticias que aparecían permitían hacer un análisis de la situación nada exhaustivo pero bastante revelador. Así, descubro que la atención de los medios de comunicación en la red se prolongó en el tiempo desde principios de Agosto hasta finales de Septiembre. He aquí una muestra.

AGENCIAS. 06.08.2010 - 20.45h
Las autoridades paquistaníes han cifrado en 12 millones los afectados por las inundaciones motivadas por las lluvias del monzón, dato que casi triplica la última estimación de la ONU.

EFE. 14.08.2010 - 10.09 h La comunidad humanitaria anunció este sábado que ha puesto en marcha un mecanismo de emergencia para evitar la propagación del cólera entre los afectados por las inundaciones en Pakistán, tras confirmar el primer brote de esta enfermedad.

EFE. 24.08.2010 - 23.37 h
La situación sigue empeorando en el sur de Pakistán y la ayuda, de la que se ha recibido un 59% de los 460 millones de dólares inicialmente demandados, es insuficiente para los más de 17 millones de damnificados directos por las inundaciones, según alertó hoy la ONU.

EFE. 20.09.2010 - 08.21 h
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, pidió este domingo a la comunidad internacional una "respuesta urgente" en favor de Pakistán, al tiempo que ha señalado que la ayuda a ese país, tras las inundaciones, es "un test global de solidaridad".

En resumen, hablamos de millones de damnificados y dos meses de atención mediática para Pakistán.

Según UNICEF, más de un millón de personas se han visto afectadas por las inundaciones producidas en Sri Lanka debidas a la persistente e intensa lluvia caída en algunas partes de la isla desde el 26 de diciembre de 2010.

En muchos lugares las escuelas siguen cerradas, ya que los colegios se han convertido en centros de refugio. Los niños están entre los más vulnerables ante este tipo de inundaciones. Muchos no saben nadar y algunos son demasiado frágiles como para valerse por sí mismos.

Si nos fijamos en Haití, aunque con apagones informativos por temporadas, lleva en los medios de comunicación desde Enero de 2010. Pero claro, para “mantener la audiencia” han sido necesarios un terremoto, un huracán, un fraude electoral, una epidemia de cólera y una visita de un ex dictador que podría ser acusado de crímenes contra la humanidad.

Las noticias pasan, la miseria y el sufrimiento permanecen, las ayudas no llegan.

A propósito de esto, quería pedir a la redacción de su medio de comunicación en la red, ya sea TV, radio o prensa, el compromiso de informar durante 365 días en la portada de su edición digital sobre la situación en el terreno de estos países. Está claro que sólo en aquellos momentos en que las catástrofes humanitarias tienen la atención de los medios es cuando los gobiernos y los ciudadanos se muestran más sensibilizados con el problema. Pero estas catástrofes no se solucionan únicamente con las ayudas de emergencia, pues pasado el tiempo, lo que queda es la reconstrucción de las zonas afectadas, devolviendo a los desplazados a sus lugares de origen para que, al menos, puedan recuperar sus vidas de antes de la catástrofe. Esto sólo se conseguirá mientras haya presión de los medios de comunicación, implicación de los gobiernos donantes y ONGs que actúan sobre el terreno, y coordinación por parte de los organismos internacionales. Dando por supuesto que la implicación y la coordinación existen en mayor o menor medida, hagamos todo lo posible por aumentar la presión que permita no prolongar más la miseria de esta pobre gente.

Cuento con la solidaridad y compromiso de un medio de comunicación como el suyo que se distingue por su talante progresista y sensible a estos asuntos, y espero que mi propuesta sea aceptada de buen grado.

Sin otro particular, reciba un cordial saludo,