lunes, 6 de junio de 2011

La esperanza de volver a casa

(EN)

El movimiento del 15-M que nació en España bajo el lema de “DEMOCRACIA REAL YA. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” cuenta ya con más de 400.000 seguidores en las redes sociales. Derivado de este movimiento, muchos ciudadanos indignados tomaron las plazas de sus ciudades y decidieron acampar en ellas.

Después de varias semanas, los propios acampados se plantean el desalojo de los campamentos, buscando formas alternativas más eficientes de dar continuidad y credibilidad al movimiento que nació el 15-M. Las presiones de políticos y comerciantes van en aumento, alegando problemas de insalubridad de los campamentos, así como pérdidas económicas de los comercios alrededor de las plazas en las que están acampados los indignados.

Desde esa fecha, el 15 de Mayo, los medios de comunicación hacen un seguimiento exhaustivo de todo lo que tiene que ver con este movimiento, su presente y su futuro.

Un asentamiento para IDP's en el norte de Galkayo, Somalia
© Kate Holt / IRIN
Según el Internal Displacement Monitoring Centre (IDMC) el número de personas desplazadas dentro de su propio país es de unos 26 millones de IDPs, de los cuales ACNUR asiste a unos 15 millones. A esta cifra habría que sumar 10 millones de refugiados, 6 millones de apátridas, 1 millón de solicitantes de asilo y 400 mil personas más que requieren de la asistencia de ACNUR.

Casi 44 millones de personas viven en campos de refugiados en todo el mundo. Personas que huyen de la violencia y viven en tiendas de campaña lejos de sus hogares, en unas condiciones que ACNUR y muchas ONGs intentan hacer lo más dignas posibles. Campos de refugiados que han visto nacer y crecer a varias generaciones, siempre con la esperanza de poder volver a casa.

44 millones de seres humanos han “tomado las apartadas plazas de un mudo global”, no por reivindicación, sino por huir de una muerte segura. Ellos más que nadie son mercancía en manos de políticos y grandes corporaciones. Sin embargo, la insalubridad de sus campamentos y el desalojo de los mismos no parece ser una prioridad de nuestros gobernantes, ni llama la atención de los medios de información. Y es que las plazas que ocupan los refugiados no tienen residentes ni comerciantes a los que molestar, y si intentan ocupar alguna de las nuestras en Europa, se les cierran las fronteras, o se les detiene hasta que pueden ser devueltos a los países de los que huyen.

Así que el mensaje de Europa es: “Estimados refugiados, quedaros en vuestros campamentos en medio de la nada, no crucéis nuestras fronteras, que aquí ya tenemos a muchos indignados que desalojar de nuestras plazas”.

Sólo la esperanza puede cambiar el mundo. La esperanza de los indignados, la esperanza de los desplazados, la esperanza de los que creemos que un mundo mejor es posible.


IDP's: Internally Displaced People..

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